De ser un niño travieso que jugaba por las calles de La Paz (Bolivia) donde había nacido, Juan Pinto tuvo que madurar rápidamente cuando, a los doce años, se enroló al Ejército para marchar al frente de batalla en 1879, en calidad de “tambor” junto a los Colorados de Bolivia
La
larga caminata hacia la costa, a través de la cordillera y el desierto, fue
agotadora para los hombres y debió serlo aún más para un niño.
Una vez
en Tacna, participó en la más feroz batalla de la Guerra del Pacífico: el Alto
de la Alianza. Por la mañana Juancito tocó el tambor orientando el despliegue
de los soldados, pero en la tarde los muertos se contaban por cientos, mientras
los sobrevivientes continuaban luchando sin ceder terreno.
Desesperado,
Juancito arrebató un arma, buscó municiones y entró en combate con los soldados
que resistían, hasta que fue alcanzado por fuego enemigo y su pequeño cuerpo
quedó tendido en el campo de batalla.